Prometeme que el resto de nuestras vidas será como en los cuentos… tan largo que roza lo eterno. Que tan solo algo pasajero e injusto amenaza con alejarte de mi vida. Que sos fuerte, y cuando no, yo lo soy por vos.
No puedo, no quiero imaginar… ¡No! Sin vos. Sin voz. ¡Que no! No he tenido el chance de quererte como se debe. Algo que no ha podido empezar no puede terminar.
Soy egoísta. Tengo miedo. Prometeme que es cierto eso de que vamos a comer mangos entre temperaturas altas y conexiones lentas a internet. Que sí habrán angelitos con forma de niños que estén ligados a tu nombre y a mi español.
Que me prometás, te digo, que es sólo un susto agotador. No sé nada, sólo que… lo único que quiero es: vos.